Que los parques infantiles de Sevilla necesitan vigilancia (Policía verde) y que no basta con el cerramiento que los protege por la noche ha vuelto a evidenciarse tras el último grave ataque vandálico que ha destrozado la glorieta del Parque de María Luisa dedicada al cervantista Rodríguez Marín, en la Plaza de América y frente al Pabellón Real.
Los daños superan los 44.000 euros, según los cálculos municipales, y han sido denunciados por el gobierno local del PP ante la Policía para intentar dar con los responsables y que paguen el coste.
Aparte del parque de María Luisa, este periódico comprobó ayer que hay más zonas verdes dañadas por la acción de vándalos, especialmente el mobiliario urbano del Parque Miraflores. En esta zona verde que va de San Diego a Pino Montano -de las más grandes, bellas y frondosas de la ciudad- el mobiliario de juegos deportivos de madera ha sido inutilizado (en la zona más próxima al polígono Calonge) y la barandilla que rodea el lago central ha desaparecido en un tramo de varios metros. Para evitar el peligro, el Ayuntamiento ha colocado otras provisionales de protección. La antigua noria conectada a un aljibe de origen árabe está rodeada de vallas porque la estructura metálica que protege el aljibe ha sido forzada.
Lo mejor del Parque infantil de Miraflores es que no hay sequedad, por su abundancia de agua, ni basuras y que cuenta con muchas zonas intactas de juegos infantiles y de deporte para mayores, columpios y pavimento amortiguador. Por contra, hay pintadas y restos de fogatas en los edificios centrales cercanos al lago, en los bancos y en los servicios.
sequedad y basura
Con todo, un problema generalizado en todos los parques infantiles sevillanos son las zonas afectadas por restos de basura y pintadas. La falta de lluvias añade un factor negativo: la sequedad de la vegetación acrecienta la sensación de abandono, especialmente en el Parque Amate, en el Celestino Mutis, en el Infanta Elena (Sevilla Este), en Parque Tamarguillo (Alcosa) y en los Jardines del Prado.
En el Parque Amate, la enorme fuente central diseñada como cascada está seca, con apenas un hilo de agua, e invadida por una verdina ennegrecida. El lago central sí funciona.
El sistema de riego por goteo no funciona en la mayoría de los parques porque las más de las veces ha desaparecido o ha sido vandalizado, lamenta Jacinto Martínez, uno de los sevillanos más comprometidos con la protección las zonas verdes. Es presidente de la asociación Amigos de los Jardines de la Oliva y miembro de la plataforma ciudadana por los parques y jardines de Sevilla.
"En los parques no hay vigilancia ni medidas punitivas para los responsables del vandalismo. Es un urgente la Policía Verde que llevamos pidiendo más de 15 años y que funciona en ciudades como París. Es una pena que el Ayuntamiento siempre que tiene que recortar presupuesto lo haga en las partidas de parques y jardines", protesta Jacinto Martínez, que cita el Parque del Alamillo como el mejor ejemplo de gestión de una zona verde. Con un director propio que maneja presupuesto exclusivo y rebosante de actividades semanales, el Alamillo es el parque con más vida de la ciudad y su área metropolitana. Martínez cree que una solución es un delegado municipal que sólo gestione los parques. El actual del PP comparte el Urbanismo con el Medio Ambiente.
La Policía Verde fue una promesa del actual alcalde, Juan Ignacio Zoido, en la pasada campaña electoral, que está sin cumplir en estos primeros diez meses de gobierno. Zoido prometió, si alcanzaba la Alcaldía, habilitar un grupo de Policía Verde para los parques y adaptar los juegos infantiles de estos espacios para los niños con discapacidad física, psíquica y sensorial. Dijo que quería parques "modernos" que fuesen "centros de convivencia, participación, ocio y deporte para todos". Otra idea era incorporar el riego automatizado para ahorro de agua, así como la reforestación para recuperar especies contra la emisión de CO2
Vandalismo, el azote de los parques de Sevilla
miércoles 9 de mayo, 2012
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