La Guardia Civil investiga la aparición en el parque infantil de Rioturbio de varios trozos de carne envenenada. La denuncia ha sido interpuesta por la Consejería de Agroganadería y Recursos Naturales del Principado de Asturias después de que un exhaustivo estudio en el laboratorio del CSIC demostrara que los pedazos de carne hallados en el pueblo mierense daban positivo en Aldicarb, un potente insecticida que de ser ingerido por el ser humano puede llegar a causar la muerte. La voz de alerta la dieron, el pasado mes de julio, los vecinos de la zona. Varios de ellos, se pusieron en contacto con la Unidad Canina de Detección de Venenos del Principado de Asturias advirtiendo de que en la zona de juegos de los niños y en el paseo del río habían aparecido varios restos de carne con aspecto sospechoso. Hasta el lugar se acercaron los dos guías de la unidad, Wenceslao Fernández Iglesias y María Enar García con los dos perros Brisa y Tifón para inspeccionar el parque infantil y el mobiliario urbano, especialmente el pavimento amortiguador infantil en losetas.
“Los perros no tardaron en localizar el primer trozo de jamón que estaba mezclado con unas bolas de color negro. Una sustancia extraña con la apariencia de veneno. Aparecieron varios pedazos más”, confirma Fernández Iglesias que señala que “dada la gravedad de la situación nos pusimos en contacto con los agentes del Seprona que en apenas quince minutos se personaron en la zona. Les pedimos autorización para recoger los trozos y les informamos de que seguiríamos todo el protocolo oficial para hacer llegar las pruebas a la Consejería de Agroganadería”.
Los responsables autonómicos remitieron, después, las evidencias al Centro Superior de Investigaciones Científicas que, hace unos días, devolvió los resultado. Fernández Iglesias es tajante: “Dejar un trozo de carne envenenado junto a un parque infantil es un atentado. Terrorismo ecológico porque atenta contra la fauna, la flora y contra el río, pero también un atentado contra las personas, especialmente los niños tan vulnerables”. El aldicarb es un rápido inhibidor de la colinesterasa, provocando una rápida acumulación de acetilcolina en la hendidura sináptica. En seres humanos, la exposición a altas cantidades de aldicarb puede causar debilidad, visión borrosa, dolor de cabeza, náuseas, lagrimeo, sudoración y temblores. Dosis muy altas pueden ser mortales para los seres humanos, ya que pueden paralizar el sistema respiratorio. Este veneno está aprobado por la EPA para el uso por parte de aplicadores de plaguicidas profesionales en diversos cultivos.
El responsable de la Unidad Canina de Detección de Venenos de Asturias confirma que durante el pasado año se han dado varios casos de aparición de trozos de carne envenenada cuyo objetivo es acabar con alimañas, gatos y perros fundamentalmente.
Asturias es un junto con Andalucía, Castilla La Mancha, Aragón y Murcia que cuentan con este equipo formado por guías y perros, fundamentales a la hora de rastrear distintos tipos de veneno. En el Principado, el organismo lleva cerca de tres años funcionando con excelentes resultados. Su trabajo codo a codo con los guardas de la Consejería de Recursos Naturales, el Seprona o las distintas agrupaciones de Protección Civil ha permitido detectar diferentes focos venenosos con peligro para animales pero también para personas.
Fernández Iglesias lleva tres años con la Unidad pero hace ya cerca de dos décadas que trabaja con perros adiestrados especialistas en rescate. Como profesional ha estado presente en tragedias a lo largo y ancho de todo el mundo. Desde la riada en las Nieves de Biescas (Huesca), hasta el terremoto de Turquía, pasando por la explosión de gas de La Felguera.
Alarma en Mieres al aparecer carne envenenada en un parque infantil entre el mobiliario urbano.
miércoles 9 de mayo, 2012
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